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11 jul 2010

te amo

Te amo

Amo cada instante que paso contigo;
amo cada sonrisa que me dejas sentir;

amo cada mirada que me pierde;

amo cada centímetro de tu piel juvenil.

Amo tus labios que me hacen temblar;
amo tus ojos que el cielo me dan;

amo tus momentos de risa y enojo;

amo tus caricias que no he de gozar.

Amo tu nobleza sin par;
amo tu humildad que me hace pensar;

amo tu pasión al momento de actuar;

amo tu belleza que me llega a extasiar.

Amo la dulzura que despide tu ser;
amo la sensación de llegarte a querer;

amo la tristeza de no poderte amar;

amo la armonía que me haces desear.

Amo el deseo de tenerte entre mis brazos;
amo el porvenir que pudiera tener junto a ti;

amo el sueño donde te poseo sin fin;

amo el delirio que es vivir por y para ti.

Amo este sueño, inútil quimera;
amo el cielo y el infierno que se desatan en mí;

amo el haberte conocido;

amo el sentimiento de amarte así.

Cuando cierro mis ojos

Cuando cierro mis ojos pienso en ti.
Cuando respiro, tan solo lo hago por ti.
Cuando río, lo hago por que soy feliz.
Feliz de haberte encontrado,
Feliz de tener un ser amado.

Cuando miro al cielo sigo pensando en ti.
En la noche estrellada se dibuja tu rostro.
Y entre suspiros, digo TE QUIERO.
Sabiendo que tú escucharás mi voz
con estas dos palabras, te quiero, te quiero.

En esta noche estrellada, te extraño más todavía.
Necesito tus besos, tus caricias, tu cuerpo.
Ya que una vez probados, jamás se pueden olvidar.
Y por que a tu lado, yo siento la paz.

Una paz que me invade,

que me relaja profundamente
cuando tus manos acarician mi cabello.
Mientras te miro a los ojos
y en ellos puedo ver el azul del cielo.

Mientras yo deseo ser el viento,
para rozar suavemente cada rincón de tu cuerpo.
O quizás el Sol de la mañana para darte mi calor.

Tengo que confesar, que también tengo celos
celos de tu sombra, por que siempre está a tu lado.
Celos de las estrellas que velan tus sueños,
Celos de los que te miran, por que yo no puedo hacerlo.

Más bien no son celos, si no envidia
por que ellos lo hacen y yo no puedo.
Pero pronto, yo podré hacerlo.

Amor mío, eres mi vida y mi tormento.
Mi vida por que me llenas de alegría,
pero la distancia es para mi un tormento,
amarte y no tenerte, es el peor de los sufrimientos.

Te quiero, Iruska mía, te deseo.
para vivir a tu lado mi vida
para compartir mis sentimientos.
Y así, juntos los dos,
descubrir cada amanecer un día nuevo.

Te echo de menos y la nostalgia recorre el sentido de mi tiempo.
El cuestionario de mi pensamiento hierve en mis venas y surcan mi boca sin pronunciar palabras. Hay en mi alma agazapadas en el silencio carencias de ti en mi cuerpo; tu olor, tu sabor, tu tacto, tu mirada, tu expresión de frescura, tu anhelo de juventud que me tenían totalmente cautivado salpicando en mi tu pasión y deseo, tu ternura y tu anhelo.

Hoy echo de menos la satisfacción que ofrecías a mis íntimas y delicadas peticiones; que no eran más que respuestas al amor que engendrabas con cada mirada y caricia por mi cuerpo. Echo de menos al roce de tus dedos en mis pecho, al sudor que empapaba mis sueños, al baño de tus besos en mis poros mientras con tu lengua jugabas a contarlos y descifrabas en ellos, el placer en mi piel que provocabas al hacerlo.

Qué harás ahora, dónde estarás en este preciso momento, que sensaciones tendrás. Qué dirección tomaste cuando decidiste desviarte del camino donde me dejaste entre lágrimas, hojas de otoño, aire fresco, calor en mi espalda, huellas en mi pecho, rincones extasiados, delirios en invierno y manifestaciones de dolor amortiguado por el calor de un verano que guardó tu color, calor, sabor y fiebre de amar y amar dándome sólo besos

Hoy echo de menos hasta el aire que respiro, porque no estoy contigo, porque no te tengo, porque me faltan tus besos, porque aún ahora después del paso del tiempo, el aroma de nuestros cuerpos al amarnos recorre mi desnudez en noches y días. Hoy te echo de menos, y aspiro profundo cerrando los ojos, y te respiro y te trago, y te dejo en algún rincón de mi cuerpo porque ahí te siento, y unto mis ganas en el placer que rodeaba todos y cada uno de nuestros encuentros.

Siento que ya no me queda ni rencor ni rabia, y me falta consuelo. Y me quedas tú merodeando por mis adentros. No te tengo; por eso mi amor, sólo por eso, hoy te echo de menos.

Si me dejas tocaré tus bellos sentimientos con mis dedos uno a uno,

rozaré con suaves miradas tus sutiles y delicadas palabras
sin increpar al desespero ni a amargas esperas
desarmando al miedo con el valiente placer de nuestras almas.

Si me dejas te vestiré de ternura almidona

acartonada de azúcar por toda tu cara.

Te besaré a sorbitos para empacharme
del dulce que me regala tu sonrisa y dejaré,
los ojitos apretados para impedir las lágrimas.

Si me dejas te amaré como aman las flores sus aromas,

como las noches aman las estrellas mientras se bañan del brillo de todas ellas, como ama el otoño a las hojas secas, como se aman los que aman despacito; con cariño y sin pensar olvidarse al alba.

Si me dejas mi ternura será tuya y mi calidez te envolverá siempre desde lejos desde cerca enhebrando mis pensamientos con cariño
cosiendo en tu piel amor del mío:
intenso, real y vivo,

para que despierten en ti dulces y bellos instintos.

Si me dejas recibiré de tu boca la pasión que me regala
tu cuerpo, tu piel, tus sentidos, tu delirio, tu fuego que
encendió el mío de entre ascuas templadas. Si tú quieres
y me dejas nacerá algo tan cálido, como el amor en primavera;
dulce, tierno con aromas intensos y sabores nuevos.
Pero esto, sólo si tú quieres y me dejas…